URCÓN: UN LEGADO DE RESISTENCIA, LUCHAS Y QUESOS EXQUISITOS
Julio Cesar Villanueva Ponte/periodista
En el corazón del distrito Cusca, provincia de
Corongo, emerge Urcón como un testamento viviente de tenacidad y prosperidad.
Este pintoresco pueblo, hoy reconocido por la vibrante dinámica comercial y la
destacada producción de quesos, ha forjado a lo largo de los años un legado que
lo posiciona como un pilar esencial en la ganadería regional.
Pequeños y medianos emprendedores, con esfuerzo y dedicación, han convertido a Urcón en un epicentro de excelencia quesera.
La
calidad de sus productos se erige como un emblema, destacando entre los mejores
quesos de la Zona Conchucos y Áncash. Sin embargo, detrás de esta floreciente
industria láctea, se esconde una historia de resistencia y lucha que ha marcado
el carácter indomable de este lugar.
En tiempos de la época republicana, Urcón fue
testigo de un intento de establecerse como un emporio de producción industrial.
La hacienda, en sus días de esplendor, se dedicaba a la manufactura textil,
siendo incluso proveedora del ejército peruano. Pero la historia de Urcón no
solo se teje con hilos de éxito comercial, sino también con hebras de desafíos
y enfrentamientos.
Las comunidades de Urcón se alzaron contra los
abusos perpetrados por muchos, buscando justicia a través de acciones
judiciales. A pesar de enfrentarse a obstáculos y amenazas, el campesinado
perseveró, logrando que en el juicio las comunidades fueran victoriosas. La
lucha por sus derechos marcó un hito, demostrando que la unidad y la
resistencia pueden prevalecer sobre la injusticia.
La historia de Urcón está entrelazada con la tierra
misma, extendiendo sus dominios entre las provincias de Corongo, Pallasca,
Sihuas y Pomabamba. Aunque en un pasado lejano la hacienda fue escenario de la
primera fábrica de casimires del Perú y ricos yacimientos de plata, la invasión
chilena y la explotación desmedida por nuevos propietarios llevaron a un
levantamiento inevitable.
Los señores Oliveri, nuevos dueños de la hacienda,
ampliaron la explotación ganadera a expensas de los campos de cultivo de los
yanaconas. Crueldad y opresión se apoderaron de los pueblos dentro de la
hacienda, hasta que los campesinos, hartos de abusos, se alzaron con valentía.
Administradores y dueños, desbordados por la resistencia, se vieron obligados a
abandonar la tierra que pretendían dominar.
Hoy, a pesar de las adversidades del pasado, Urcón
resplandece como uno de los principales productores de queso en la región. Su
queso, con un sabor único e inigualable, es la expresión de la fortaleza de un
pueblo que ha transformado sus desafíos en triunfos. Urcón, más que un lugar,
es un símbolo de resiliencia, donde la historia de luchas y la excelencia
quesera se entrelazan para crear un legado que perdura en el tiempo.